Es que no quiero extinguirlo.
La posibilidad de encontrarte en cualquier lado me
carcome. ¿Por qué no podría pasar, si ya ha pasado múltiples veces en el
pasado?
Te encontraba con tu novio. Como si la vida me quisiera
refregar en la cara el hecho de que te había perdido, o más bien, que nunca te
había encontrado, porque apenas quise quedarme con vos, ya habías huido
despavorido, entre mentiras y manipulaciones, y mi creciente obsesión hacia
vos, que está cerca de cumplir dos años, y no parece acabar.
El punto es que evidentemente no quiero que acabe. Vos
sos mi lugar feliz. Si tengo que ir hacia una zona de recuerdos bonitos en mi
cabeza, cuando necesito algo que me recuerde el lado brillante de las cosas,
ahí estás vos, en memorias que ya no tienen diálogos y tu cara ya no existe.
Y ahora donde solo puedo encontrarte es en mis sueños.
Vagas por mi subconsciente alterando mi conciencia, y mi mente se ve alterada
por todos esos ápices de sensaciones que se me han quedado flotando, embobándome,
nublándome el juicio y dejándome confuso ante el hecho de que no existís, porque
yo no existo para vos, y no existe nada entre nosotros, más que una obsesión.
Y en el momento en que caigo en la manera en que deje de
rozar el pateticismo para terminar enchastrado en él, distrayéndome con
fantasías, me da asco. La situación me genera asco, el tiempo que ha pasado me
genera asco, e incluso no sé si vos no me producis asco. No sé que sos para mi,
no sé si te quiero o te odio, y todo lo relacionado con vos me es tan confuso
que ya es agobiante.
Me das tanto asco, pero no quiero que te vayas de mi
mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario