Ya sé

El malhumor me consume los poros. No sé si estoy deprimido o cansado, triste o aburrido, necesitando algo nuevo o necesitando replantearme lo que ya tengo.
Lo peor de como me siento ahora, es que no quiero ayuda. O más bien, si la quiero, sé que me haría bien hablar con alguien de ésto, pero no quiero mostrarme. Me siento bastante estúpido cuando confieso que me siento mal y la razón no la sé, o es la razón es una tan común y corriente que la otra persona no puede evitar sentirse un poco indignada.
En realidad aprendí algo de éstos momentos, y es que son temporales. Aunque no por ello dejan de ser desagradables, y creo que siempre que pase por ésto logré salir pensando hasta encontrar la luz al final del túnel. Pero me cansé de pensar tanto, incluso ya me da paja. Estar mal me da paja. No es ni novedoso. Pero ojalá nuestro estado emocional siempre se entendiera con nuestro lado más cerebral.
Es probablemente, cuestión de tiempo. Con unos días, habiendo pasado varias fases, ya volveré a estar bien. Lo lógico tal vez sería encontrar algo que me mantenga firmemente aferrado al buen ánimo.
Por momentos he logrado ahuyentar los pensamientos negativos cada vez que se arrimaban a mi mente. Pero es complicado, y no es que en un momento me vencí y los dejé entrar. Ni siquiera lo pensé, simplemente aparecieron y se quedaron, como si esa autodefensa se hubiera esfumado.
Ya comienzan a emergir pensamientos que me aminoran el decaimiento. Pero que predecible todo. Ya sé como sigue ésto, ya sé que voy a pensar para persistir, ya sé que pensamientos negativos van a intentar tirarme abajo, ya sé como voy a intentar combatirlos, ya sé que si me tiran abajo voy a levantarme una vez más.
Realmente se vuelve insulso todo ésto cuando ya sabes como termina. Se siente un poco como perder tiempo, pero también como algo inevitable.
Y ahora me siento profundamente patético, como expresaba, porque conté lo que me pasa.