El poder de la ignorancia

¿Para qué es que me sirve escribir? Escribir desde que tengo memoria, me ayuda a aclarar mi mente y pensamientos. Luego de hacerlo veo las cosas desde una óptica más brillante, una fuerza innegable emerge en mí, y después de ello, siguen otros pensamientos. Luego de esclarecer algo, viene una continuación, como un tema que se parte en dos, una ramificación para seguir racionalizando.

Pero he descubierto, que tal vez no siempre sea bueno racionalizar, y que no siempre sea bueno ver las cosas con claridad. Después de todo vivimos ignorando cosas, porque de tenerlas siempre presentes no podríamos ser felices, porque hay cosas que de pensarlas mucho, nos condicionan, nos hunden. Y por eso el ignorar está en nuestra naturaleza.

Me choca, y me sorprende, estar aprendiendo a ignorar.

Mi cabeza últimamente es algo que solo puedo definir como un mamarracho, las estructuras que siempre mantuve erigidas ahora siento que se desvanecieron, y todo es más impulsivo, más difuso. Las cosas aparecen y desaparecen, y me mantengo corriendo, esquivando analizar las cosas, distrayéndome una y otra vez voluntariamente, como nunca he hecho.

Aunque tal vez sea también algo que se me está dando naturalmente. Muchas veces quiero lograr algo, ser capaz de cumplir con algo que me propongo, por más mínimo que sea, y siento que no puedo, que me estoy forzando y no me resulta con naturalidad. Entonces lo suelto, y pienso en que más adelante podré. Y eso generalmente se da. Cosas que en un momento no puedo lograr, las logro tiempo después, y sin esforzarme.

Y lo cierto es que ahora no me estoy esforzando. Todo esto se está manteniendo con un ritmo apacible, y solo empiezo a enloquecer de nuevo cuando me asusto con lo que me está pasando, cuando noto que no estoy analizando, procesando y diagramando todo en mi mente, sino que soy otro. Y me da miedo esta versión mía. Pero es que de alguna manera estoy muy tranquilo, como nunca lo estuve. Estoy descubriendo que en realidad casi toda mi neurosis es para no decepcionar a nadie en todo lo que hago, y discierno ahora, que a nadie le importa demasiado, y que siempre me esfuerzo en exceso, y que me hallo en este momento queriendo solo complacerme a mí mismo, porque nunca lo hice, y creo que es hora. Estoy egoísta, y en el fondo solo me estoy poniendo a prueba, pero se siente increíble.
Seguiré ignorando.